Islandia puede ser conocida por sus impresionantes paisajes, auroras boreales y piscinas geotermales, pero su gastronomía tradicional merece la misma atención. Surgida tras siglos de aislamiento, climas rigurosos y la necesidad de conservar los alimentos durante los largos inviernos, la gastronomía islandesa narra la historia de la resiliencia, la creatividad y la singular relación entre los isleños y su entorno.
Al planificar su aventura islandesa, prepare su paladar para un viaje igual de emocionante. Desde tiburón fermentado hasta esponjosos panqueques, aquí tiene una guía completa de la gastronomía tradicional islandesa que todo visitante debería probar al menos una vez.
Los tesoros del marisco
Harðfiskur (Pescado seco)
Este tentempié rico en proteínas ha sido un alimento básico en la dieta islandesa durante siglos. Elaborado típicamente con bacalao, eglefino o pez lobo, el harðfiskur se seca al viento hasta que adquiere una textura dura y masticable. Los lugareños lo disfrutan con una generosa cantidad de mantequilla, que suaviza la textura y le aporta un toque cremoso. Encontrarás este nutritivo tentempié en cualquier supermercado, pero para obtener la mejor calidad, búscalo en los mercados de pescado locales o directamente a los productores de los pueblos pesqueros de la costa.
Plokkfiskur (estofado de pescado)
El plokkfiskur, un cremoso guiso de pescado que se elabora tradicionalmente con restos de pescado mezclados con patatas, cebolla y salsa bechamel, es un auténtico ejemplo de la cultura islandesa de no desperdiciar nada y sigue siendo una comida casera muy apreciada. Para una experiencia auténtica, pruébelo en restaurantes familiares como el Café Loki en Reikiavik o el Við Fjöruborðið en Stokkseyri, donde suele servirse con rugbrauð (pan de centeno) y mantequilla.
Hákarl (tiburón fermentado)
Quizás la propuesta culinaria más famosa de Islandia, el hákarl, consiste en tiburón de Groenlandia fermentado durante meses y colgado para secar durante varios más. El resultado es un alimento con un intenso aroma a amoníaco que incluso muchos islandeses toman con cautela. El método tradicional de preparación se desarrolló porque la carne fresca de tiburón de Groenlandia es tóxica y el proceso de fermentación la hace segura para el consumo. Se recomienda a quienes la prueban por primera vez taparse la nariz y acompañarla con un trago de Brennivín (aguardiente islandés). El Museo del Tiburón de Bjarnarhöfn, en la península de Snæfellsnes, ofrece visitas guiadas y degustaciones para los más valientes.

De los pastos
Hangikjöt (cordero ahumado)
Durante la Navidad y otras ocasiones especiales, las mesas islandesas se llenan de hangikjöt, cordero ahumado que se suele servir frío en finas lonchas. El ahumado tradicional utiliza estiércol de oveja seco, lo que le confiere un sabor único que no encontrarás en ningún otro lugar. Durante las fiestas, pruébalo en los bufés navideños (jólahlaðborð) que ofrecen muchos restaurantes, o durante todo el año en lugares como el Icelandic Bar en el centro de Reikiavik.
Kjötsúpa (sopa de carne)
Nada reconforta más el alma en un frío día islandés que la kjötsúpa. Esta sustanciosa sopa de cordero está repleta de tubérculos, hierbas y arroz o copos de avena. Cada familia tiene su propia receta, pero el denominador común es el cordero islandés de alta calidad, famoso por su tierna carne de ovejas que pastan en libertad durante el verano con hierbas y bayas silvestres. Para un plato verdaderamente auténtico, visite la Compañía de Sopas de la zona de aguas termales de Geysir o el restaurante casero Svarta Kaffið en Reikiavik, que sirve sopa en cuencos de pan.
Svið (Cabeza de oveja)
Para los comensales aventureros, el svið representa la cocina islandesa tradicional en su máxima expresión. La cabeza de la oveja se chamusca para retirar la lana, luego se hierve y se sirve con puré de patatas y nabos. La carrillera es especialmente apreciada, y algunos consideran el ojo un manjar. Este plato surgió por necesidad: en condiciones adversas, ninguna parte del animal podía desperdiciarse. Hoy en día, es más común encontrarlo en el festival de mediados de invierno Þorrablót, pero algunos restaurantes tradicionales como el Café Loki lo sirven durante todo el año.
Delicias lácteas
Skyr
Aunque técnicamente es un queso blando, el skyr se consume como el yogur y se ha convertido en el producto de exportación más exitoso de Islandia. Este producto lácteo rico en proteínas y bajo en grasa ha sustentado a los islandeses durante más de mil años. Cremoso y ligeramente ácido, se suele comer con leche y mermelada de bayas o como ingrediente en batidos y postres. La mejor experiencia con el skyr es probar los diversos sabores de productores locales: KEA Skyr e Ísey Skyr son marcas auténticas disponibles en la mayoría de los supermercados.
Íslenskt Smjör (mantequilla islandesa)
Elaborada con leche de vacas alimentadas con pasto, la mantequilla islandesa tiene un sabor distintivo que refleja la pureza del medio ambiente y el agua pura. Su sabor intenso y ligeramente dulce la hace perfecta para acompañar pan fresco o mariscos. Busque la marca MS (Mjólkursamsalan) en supermercados o disfrútela en restaurantes que priorizan los ingredientes locales.
Panes y productos horneados
Rúgbrauð (pan de centeno)
Este pan de centeno, denso y ligeramente dulce, se hornea tradicionalmente en ollas enterradas cerca de aguas termales, utilizando calor geotérmico, un método de cocción con siglos de antigüedad. El lento proceso de horneado (hasta 24 horas) le confiere un sabor único a caramelo. Algunas panaderías y restaurantes aún lo preparan de esta manera, sobre todo cerca de zonas geotérmicas. Pruébelo recién hecho en el balneario Fontana de Laugarvatn, donde se ofrecen demostraciones de panificación, o compre una hogaza en Brauð & Co. en Reikiavik.
Kleinur
Estos pasteles retorcidos con forma de rosquilla han formado parte de la gastronomía islandesa desde la época de los asentamientos. Con sabor a cardamomo y limón, los kleinur se fríen hasta que quedan dorados y crujientes por fuera, pero suaves por dentro. Son perfectos para acompañar el café y se pueden encontrar en la mayoría de las panaderías del país. La panadería Sandholt de Reikiavik elabora versiones especialmente excelentes.
Laufabrauð (Pan de hoja)
Durante la Navidad, las familias se reúnen para elaborar este elaborado "pan de hoja": círculos de masa finísimos que se cortan con intrincados dibujos antes de freírlos. La tradición implica el trabajo conjunto de varias generaciones para crear estas delicadas piezas decorativas. Aunque es una especialidad principalmente de diciembre, algunas panaderías como Bernhöftsbakarí en Reikiavik lo ofrecen todo el año para los turistas.
Comida callejera icónica
Pylsur (perro caliente islandés)
No se deje engañar por su humilde apariencia: el perrito caliente islandés es toda una institución nacional. Hecho principalmente de cordero con un poco de cerdo y ternera, y cubierto con cebolla cruda, cebolla frita crujiente, mostaza dulce, kétchup y salsa remoulade, estos perritos tienen un sabor único que los ha hecho mundialmente famosos. Bæjarins Beztu Pylsur ("El mejor perrito caliente de la ciudad") en Reikiavik los sirve desde 1937 y ha recibido a celebridades desde Bill Clinton hasta Metallica.
Tradiciones preservadas
Súrsaðir Hrútspungar (Testículos de carnero agrio)
Durante el Þorrablót, el festival de pleno invierno que celebra las antiguas tradiciones nórdicas, los islandeses honran a sus antepasados consumiendo alimentos tradicionales en conserva. Entre ellos se encuentra el súrsaðir hrútspungar: testículos de carnero prensados, hervidos y encurtidos en suero. Este plato representa la necesidad histórica de preservar todas las partes comestibles de los animales durante los duros inviernos islandeses. El restaurante islandés Þrir Frakkar en Reikiavik sirve Þorramatur (comida Þorri) tradicional, incluyendo esta singular exquisitez.
Kæfa (Paté de hígado)
Este suave paté de hígado es un clásico entre los sándwiches y un aperitivo en los hogares islandeses. Elaborado con hígado de cordero, sebo y harina de centeno, se condimenta con especias y, a veces, se enriquece con vino de Oporto o coñac. Untado sobre pan plano con col lombarda encurtida, ofrece un equilibrio perfecto entre sabores intensos y ácidos. La mayoría de los supermercados venden versiones excelentes, pero para una experiencia gourmet, visite la quesería Ostabúðin en Reikiavik.
Dulces finales
Pönnukökur (panqueques islandeses)
Más finos que los panqueques estadounidenses, pero no tanto como las crepes francesas, los pönnukökur son un dulce muy apreciado en los hogares islandeses. Se suelen servir con nata montada y mermelada o simplemente espolvoreados con azúcar. Muchas cafeterías los sirven durante todo el día, pero para una experiencia auténtica, visite Mokka Kaffi, la cafetería más antigua de Reikiavik, que los sirve desde 1958.
Íslenskur Rjómaís (helado islandés)
A pesar del clima frío, los islandeses consumen más helado per cápita que casi cualquier otra nación. La variedad islandesa es excepcionalmente cremosa, a menudo elaborada con leche fresca directamente de granjas locales. Lo que hace única esta experiencia es la tradición de disfrutarlo durante todo el año, sin importar el clima. Únase a los lugareños que hacen cola en Valdís, en la zona del antiguo puerto, o en Ísbúð Vesturbæjar para disfrutar de un cono, y no se pierda los ingredientes únicos como la salsa de regaliz o la salsa de "concha de chocolate".
Bebidas para acompañar tu aventura culinaria
Brennivín
Ningún viaje gastronómico por Islandia estaría completo sin probar "La Peste Negra": el Brennivín es un aguardiente claro y sin azúcar con sabor a semillas de alcaravea. Tradicionalmente usado para acompañar el tiburón fermentado, ahora se disfruta solo y ha experimentado un renacimiento con destilerías artesanales que crean versiones premium. Busca cócteles Brennivín en bares como Slippbarinn en Reikiavik.
Cerveza artesanal islandesa
La estricta prohibición de la cerveza en Islandia terminó en 1989, pero el país ha desarrollado rápidamente una impresionante escena cervecera artesanal. Muchas cervecerías incorporan ingredientes islandeses únicos como el tomillo ártico, el abedul y el kelp. Visita microcervecerías como Borg Brugghús o Kex Brewing, o date un baño de cerveza en Bjórböðin, en el norte de Islandia, donde podrás sumergirte en cerveza joven mientras disfrutas de la versión madura.
Consejos para tu viaje gastronómico por Islandia
- Pruebe el plato Þorramatur Muchos restaurantes ofrecen platos degustación de comida tradicional, especialmente durante los meses de invierno. Es una excelente manera de probar varias especialidades islandesas de una sola vez.
- Visita los mercados de alimentos locales – El mercado de pulgas de Kolaportið en Reikiavik (abierto los fines de semana) tiene puestos de comida donde podrás probar delicias tradicionales y comprar recuerdos gastronómicos.
- Aprovecha las horas felices – Comer fuera en Islandia puede ser caro, pero muchos restaurantes ofrecen descuentos al anochecer que hacen que probar la cocina local sea más asequible.
- Pedir recomendaciones – Los islandeses están orgullosos de su herencia gastronómica y están felices de sugerir especialidades locales o joyas ocultas lejos de los centros turísticos.
- Abraza lo inesperado – Algunas de las experiencias gastronómicas más memorables surgen de probar platos que al principio parecen desafiantes.
La gastronomía islandesa refleja su historia de aislamiento, las duras condiciones y el increíble ingenio de su gente. Lo que comenzó como técnicas de supervivencia —ahumado, secado, fermentación y encurtido— ha evolucionado hasta convertirse en una rica tradición culinaria que conecta a los islandeses modernos con sus ancestros vikingos. Al probar estos platos tradicionales, no solo sacia su apetito, sino que participa en mil años de historia y cultura islandesas.
Así que, en tu próximo viaje a esta mágica isla, aventúrate más allá de los paisajes pintorescos y sumérgete en el igualmente fascinante panorama de la gastronomía islandesa. ¡Tus papilas gustativas te agradecerán la aventura!